Las Hermanas
Aura y Alba llegaron al mundo desde el mismo vientre, pero eran tan distintas como el día y la noche. Aura era discreta, elegante, extremadamente organizada y comedida. Alba era bohemia, impulsiva y apasionada. Quedaron huérfanas a la edad de 20 años y heredaron la casa familiar y la ingrata compañía mutua.
Un día, Alba se retrasó a la hora de cenar aquella que se servía con una puntualidad exagerada, como era todo en el tenso ambiente filial, desde el día en que se quedaron sin padres. Andaba de parranda con unos amigos, y el novio de turno, que le prometió el sol y las estrellas, en ese mismo orden, si se escapaba con él aquel mismo día. Ella lo había pensado, pero no se había atrevido a materializar aquel gesto rebelde solo para no tener que oír los comentarios de su hermana, que los imaginaba y que cada día le molestaban más y más.
Llegó con un hambre endemoniada que se volvió mal humor ardiente cuando encontró la mesa tan vacía como su estómago. Buscó por todos lados y no encontró nada de comer. Ni en la cocina, ni en la nevera, ni en la despensa. Subió a la habitación de Aura, que sentada frente a su espejo, se cepillaba el pelo cien veces, y sin saludarla le preguntó fríamente:
-"Dónde está mi cena?"
Aura se giró para enfrentarla. Miró su delicado reloj y le dijo con la misma frialdad de guerra no declarada:
-"La cena se sirve a las siete."
Alba sintió como todos los años de distancia y de odio callado se acumularon en su interior. Un dolor y una rabia incontenible le llenaron los ojos de sangre y los oídos de humo.
-"Prefiero vivir debajo del puente, que contigo, maldita bruja!!!!"
Y se marchó dando un portazo, para irse a vivir con el novio de turno aquel que le prometió el sol y las estrellas en ese mismo orden.
Pasaron veinte años y las hermanas no volvieron a verse ni a hablar. Una muy orgullosa, la otra muy paciente. Aura vivió con la misma organización, elegancia y discreción de siempre. Alba se volcó en un andar agitado y loco que le consumió no solo la vida, sino también la salud, el dinero y las ganas de odiar. De aquel que le prometió el sol y las estrellas, en ese mismo orden, ya no existía hacía miles de años. Alba no había previsto que la juventud no dura para siempre. Ni el ánimo, ni la pasión. En este entonces vivía, como lo había augurado, en una paupérrima posada, muy cerca del puente y del río.
Un día que Alba se relamía las heridas, que contaba los centavos para encontrar algo de comer en su humilde casa, con el estómago tan vacío como aquella noche veinte años atrás, su hermana llegó a visitarla repentinamente, rompiendo el largo silencio de dos décadas.
-"He oído que te va mal y vine a ofrecerte mi ayuda". - Le dijo Aura con la misma calma de siempre, como si el tiempo no hubiera pasado.
Alba bajó la cabeza. No tenía fuerzas ni palabras para luchar.
-"Puedes volver a la casa cuando quieras". - Repitió Aura tres veces, mientras revisaba la pequeña habitación con la mirada.- "Te espero. Que dices?"
Alba asintió con lágrimas en los ojos.
-"Muy bien". - Dijo Aura cuando se marchaba.- "Todo se ha dicho. Recuerda.."- dijo antes de cerrar la puerta tras de sí...
-"La cena se sirve a las siete".
5 comentarios:
Gracias por decir que escribo bien.
Gracias por invitarme a tu blog.
Gracias por estar en mi vida.
Mushy!!! Es un honor!!!
Hola Medem, increible como escribes. Me gusta mucho tu forma de hacerlo.
Llegue aqui via mi queridisima Ericarol, aunque no la conozco personalmente, es como si lo fuera, tremenda mujer.
Si no te molesta voy a poner tu Blog en mi lista, para hacerme adicto al mismo y estar actualizado en lo que regularmente escribes.
Saludos
Vengo a conocer tu blog porque Ericarol no recomienda te visitemos en un post dedicado a tí y veo que escribes muy bien. Bien cierto es que Ericarol escribe muy bien tan bien, y gracias por recomendarla también, yo ya conozco su blog y es estupendo.
Saludos.
holas
saludos
aqui visitando porque ericarol dijo que este blog era bueno y pues vine a ver si era cierto
oh sorpresa!
es bueno jejeje
tendre que pasearme por aqui mas seguido
byE
Mis felicitaciones varias... hay que ver cuantos escritores habemos en el mundo; eso sí, la suerte para los papanatas, que yo me conformo con los que estamos en la sombra. Un saludote y no se como llegué hasta aquí, la verdad!!
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