martes, 16 de junio de 2009

Ahora les hablaré de mi...


Héroe...

El abuelo, como muchos españoles, llegó a la isla apenas con lo justo para sobrevivir. Iniciaba la guerra civil española y tal parece que no le simpatizaban ninguno de los dos bandos y prefirió huir al Caribe. Seguido se casó y tuvo dos hijos, uno de ellos era mi padre, el otro mi tío Lorenzo. El abuelo murió y papá apenas llegaba a los diez años, la vida le cambió y para peor. Se casó bien joven y tomó como hobbie llenar de criaturas el mundo.

Pasaron varios años y de nuevo la familia se vio afectada por una guerra civil, ahora la dominicana de 1965. Mi tío Lorenzo, alma libre alérgica al trabajo fue en busca de papá para enrolarse en las filas constitucionalistas. Papá fue tajante en su respuesta:"No me meto en esas vainas" Mi tío partió hacia Santo Domingo, pasaron varios años y no se supo nada de él, a su regreso ya yo estaba en el mundo con unos dos años, estoy hablando de 1970. Las visitas de mi tío eran frecuente, la casa recobraba una cierta alegría con su llegada, me sentaba en sus piernas y mis hermanos sentados a su alrededor les miraban impacientes para que empezara a contar sus anécdotas sobre la guerra. Mi favorita era la de una patrulla de soldados brasileños que apresaron a mi tío junto a un grupo de revolucionarios. "Você está indo morrer hoje" le gritaban mientras los metían a todos en una cisterna vacía de una casa abandonada. La noche les llegó dentro de la cisterna, le suplicaba a sus compañeros de armas que le acompañaran en la fuga, todos se negaron. Tío Lorenzo logró salir justo antes de que llegara un camión repleto de Marines gringos; apenas se había escondido cuando escuchó las ráfagas de los fusiles automático de los americanos. "Aquello fue una masacre coño!" nos repetía(con lágrimas en los ojos). Entonces respiraba profundo, nos miraba a todos como cerciorándose de que le estábamos prestando atención, ahí era cuando empezaba con las especulaciones y mentiras pero era la parte que más yo disfrutaba. "Regresé a la mañana siguiente con un grupo de tígueres de San Carlos, debieron ver aquello, los brasileños salieron corriendo a refugiarse con los Marines, nosotros los seguimos hasta el cuartel de los mismos gringos y allí fue donde la cosa se puso dura". Luego retrocedía varios días en el tiempo y nos contaba su gloriosa participación en la batalla del Puente para finalizar como siempre, llorando, cuando hablaba del armisticio. "Nos traicionaron sobrinos" decía "Fue una canallada".

Nunca lo vi despedirse, se esfumaba una madrugada cualquiera y no volvíamos a saber de él hasta que se le antojara. A pesar de sus mentiras lo consideraba un héroe nacional, anhelaba una guerra civil o una invasión haitiana y así seguir escribiendo con honor las páginas de gloria de nuestra familia. En Abril de 1984 contaba con quince años, ya era miembro del Partido Comunista Dominicano y cuando iniciaron las revueltas el 24 de Abril ya estaba presto para salir a derramar mi sangre de haber sido necesario. Justo antes de abrir la puerta principal de la casa cuando sentí un golpe contundente en uno de mis oídos y la pregunta en tono amenazante de papá:"Para dónde piensa ir culo cagao?" Mi batalla fue librada dentro de mi propia casa, le gritaba "cobarde", "pendejo" a papá. Luego pude ver en las noticias los saqueos y actos de vandalismos, no era eso precisamente con lo que soñaba.

Entonces el dictador enano volvió al poder y ya me frotaba las manos esperando mi oportunidad, me imaginaba asaltando la fortaleza San Luis, liberando cientos de presos políticos o dinamitando el edificio de la gobernación. La brecha que me separaba de papá se fue agrietando cada vez más, mi tío apenas nos visitaba una o dos veces por año, en varias ocasiones cuando fue a casa yo no estaba y lo lamentaba por varias semanas.

El comunismo se me fue saliendo de a poco, es imposible compartir una ideología tal con una hamburguesa y Coca Cola en la mano. Pasó el tiempo y ya ni asistía a las reuniones del Partido, el dictador enano ya no lo fue tanto, ahora hablaba de paz, de progreso, decidí ignorarlo cuando siguió con los fraudes electorales. Tanto era el ambiente de paz que se respiraba, que hasta con papá me reconcilié, pero eso es tema de otro relato.

Papá una noche decidió rendirse ante el cáncer, mi tío Lorenzo, el que nunca tuvo hijos, el que nos contaba historias sobre la guerra, se pasó unas dos semanas con nosotros, apenas hablaba. De nuevo desapareció hasta que recibimos una llamada unos meses después, había muerto en Santo Domingo. Acompañé a mamá al velatorio, me dio rabia al ver que no era enterrado con la bandera dominicana sobre su ataúd, que no recibió los honores que le correspondían como el héroe que había sido. En el viaje de regreso mamá sin razón alguna me dijo:"Tu padre fue un hombre muy valioso" yo, sabiendo que el dolor por su muerte estaba aún fresco en ella, quise jugarle una broma al comentarle que papá no se atrevió a participar en la guerra de 1965 por miedo a morir. "Te equivocas, no fue por miedo" me dijo "Si peleó, pero una guerra diferente, su propia guerra. Yo estaba embarazada de nuestro quinto hijo, los otros aún pequeños, fuimos su guerra, nunca nos faltó nada". Guardé silencio durante el resto del trayecto.

Varios años después me estrenaba como padre, fue cuando realmente pude comprender las palabras de mamá, mi guerra había iniciado, desde entonces, sólo busco por lo menos igualar las hazañas de papá, todavía sigo peleando.

Vi Ho Purgato Ancora!

Rafael Rodríguez Torres


3 comentarios:

Guido Gil Buonpensiere dijo...

Me encanto este relato... Tu padre vale oro, espero lo logres igualar!

Felicidades! ESCRIBES MUY BIEN!

Rafael cine dijo...

Gracias Guido, espero contar siempre con tus visitas.

Carlos José dijo...

Bueno la verdad que me gust☻ al punto de brotar un poco de líquido transparente de mis ojos!! Lamento decirte que nunca vas ha igualar a tu padre, pues no creo que llegues a tener 6 hijos, ahí es que el tipo de atención para con ellos cambia!!

Con aprecio, C. A.